Una amasadora es un verdadero aliado de la cocina, con ella se pueden facilitar una gran cantidad de preparaciones, recortando el tiempo y disminuyendo enormemente el esfuerzo.
La amasadora se convierte en un implemento esencial cuando se hacen muchas recetas que lleven masa, como las pizzas, pasteles, panes, pies, entre otros de este estilo. Una persona puede hacer tranquilamente una masa, pero cuando debe hacer muchas el trabajo se extiende y el esfuerzo se multiplica al punto de que se puede tomar todo un día en preparar la base de su receta, dejando de lado el resto de la misma.
Por lo tanto, tener una amasadora es como tener un compañero que se encargue de hacer el trabajo “sucio”, pudiéndose encargar la persona de darle mayor esmero y mimo al resto de los detalles de la receta y atreverse a hacer preparaciones que requieran una mayor elaboración.
La lista de casos en los que se hace imprescindible tener una amasadora es bastante larga, demostrando que no se trata de un simple capricho, sino más bien de un elemento necesario, como los moldes o las ollas.
Comprar una Amasadora. ¿Qué hay que tener en cuenta?
A la hora de escoger la amasadora a comprar se deben tomar en cuenta una serie de aspectos que agilizarán la decisión:
1. La potencia
Los niveles de potencia de una amasadora varían dependiendo del modelo, y escogerla dependerá, a su vez, de las actividades que se pretendan realizar con ella, a mayor fuerza, mayores cantidades de masa se pueden hacer. Esta puede ir desde los 400w hasta modelos más potentes de 1400W
Por lo general, las amasadoras de gran potencia vienen acompañadas de un bol lo suficientemente grande como para que quepa una mayor cantidad de ingredientes. Sin embargo, las dimensiones del producto no están ligadas directamente con su potencia, algunas vienen sin bol y son bastante potentes y pequeñas. De ahí la importancia de revisar este aspecto.
También se debe tomar en cuenta el tiempo de uso recomendado por el fabricante, la mayoría de las amasadoras indica esto en su manual del usuario: diez minutos de uso por otros diez de descanso, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que la potencia no está relacionada con el tiempo de uso, es una cuestión que depende de la marca y el fabricante.
2. Velocidades
También influye la cantidad de velocidades disponibles, porque las diferentes recetas requieren una velocidad distinta, unas más lentas, otras más rápidas. Existen amasadoras que cuentan con hasta diez tipos de velocidades diferentes, existe la versión “turbo”, que normalmente no se toma en cuenta en las velocidades, muy útil para hacer, por ejemplo, huevos a punto de nieve.
A mayor cantidad de velocidades graduables, más posibilidades de trabajar tiene la amasadora.
3. Las funciones
Mientras más funciones tenga un aparato, normalmente, es más caro, basados en esta premisa se debe decir que las amasadoras se deben escoger en función de lo que se pretende hacer con ellas, en todos los casos, si se quiere ahorrar dinero.
La buena noticia es que la gran mayoría de las amasadoras existentes tienen varias funciones, a pesar de tener una sola forma de mezclar, la misma varía cambiando el accesorio, ya sean varillas (para batir), espátula que ayuda a homogeneizar o los ganchos, que son para amasar.
Dependiendo del material del que estén hechos estos accesorios, el precio puede cambiar, lo mejor es conseguirlos en materiales duraderos, como el acero inoxidable, pueden llegar a ser un poco más costosas, sí, pero es una inversión que se hace una vez en mucho tiempo.
Por lo general las amasadoras cuentan con estos tres accesorios, e incluso más, y en el caso de que no los tengan, son bastante económicos, y muy útiles. Si lo necesario es ahorrar, y se quiere únicamente amasar, basta escoger un modelo que cuente con los ganchos amasadores y nada más.
Existen muchas amasadoras que son “multiusos”, contrario a lo que se pueda pensar, estas suelen ser las más económicas, aunque la potencia es realmente menor, y no vienen con bol en muchos casos.
Sin embargo, estas amasadoras “multiusos”, pueden ser bastante útiles en lo que refiere a la cantidad de preparaciones que se pueden hacer con ellas, además de que, si se harán en pequeñas cantidades, puede convertirse en la opción perfecta.
4. Los accesorios
Además de los tres básicos, mencionados más arriba, la cantidad de accesorios que puede traer una amasadora es realmente grande, van desde opciones para rallar, hasta licuadora.
Unas traen un bol, a veces más, una base para instalar la batidora, que puede ser desmontable o fija. Estos dos aspectos son fundamentales, porque la base da comodidad y permite hacer algo más mientras trabaja la máquina y el bol, por supuesto, se adapta a la perfección a la base, puede ser de varios materiales.
Claro está que, mientras más accesorios tenga la amasadora, mayor será el precio, sin embargo a veces pueden hacerse muy necesarios estos accesorios, pero hay que prestar especial atención a lo que hace cada accesorio y sopesar el nivel de necesidad, muchas veces se pueden adaptar pero no vienen incluidos en el paquete, de manera que es una inversión que puede realizarse después.
5. Limpieza
Lo más tedioso de cocinar es siempre lavar los trastos, además de que el tratamiento que se le den a las cosas determinará su vida útil, de ahí la necesidad de saber cuáles son las características específicas de cada producto y cómo limpiarlo.
Muchas amasadoras son aptas para el lavavajillas, son desmontables, de manera que lo que se debe lavar se pone en su sitio y todo bien, sin embargo, dependiendo del material del que esté hecha, puede que se dañe si no es lavada a mano, para evitar esto lo mejor es averiguar cómo limpiarla.
6. Materiales
Los materiales de los que están hechas las amasadoras pueden ser bastantes, algunas en su totalidad son de algún tipo de plástico grueso, y tienen de metal las varillas y ganchos de amasar.
Sin embargo, las más buscadas son siempre las de metal, específicamente las hechas totalmente en acero inoxidable, por aquello de lo durable y resistente que es este material, hay que entender que las amasadoras de metal son las más caras. Las más recomendables, para los que buscan una amasadora barata, son las que tienen una mezcla de metal con plástico.
7. El Ruido
Todas las amasadoras son ruidosas, por más que consigan reducir este efecto, siempre estará, además los vendedores nunca dirán que el aparato que comercializan es muy estruendoso, por eso es conveniente mirar un poco los comentarios de las personas que ya la han comprado, así es más fácil hacerse una idea sobre cuánto ruido hace la máquina mientras trabaja.
8. El peso
Cuando se trata de una amasadora cuyo cabezal es removible, o sea que no está fijado a la base permanentemente, o directamente viene sin base, lo ideal es buscar alguna que no sea demasiado pesada, de manera que sea más sencilla de manejar con el brazo. Mientras más pesada sea, más complicado será usarla en recetas que necesiten bastante tiempo de amasado.
9. El presupuesto
Es la base de todo el trabajo, una vez observados algunos modelos que se adapten a los gustos y necesidades de la persona, conviene revisar sus precios y establecer una cantidad de dinero que se esté dispuesto a gastar en uno de estos aparatos, y lo mejor es ceñirse a él para evitar gastar más de lo necesario en algo que tenga características que no se correspondan con aquello que es estrictamente necesario que cumpla la amasadora requerida.
Ten en cuenta que existen modelos que pueden costar desde los 50 euros hasta los 200.
Elegir una amasadora no es un proceso sencillo, esperamos que estos pequeños consejos te sirvan a la hora de comprar la tuya.
Si quieres empezar a comparar te recomendamos este artículo con las 7 mejores amasadoras.